jueves, 2 de julio de 2009

Sobre el Glifosato II

Textos de Otto Solbrig y Víctor Trucco.
De parte de detractores y de defensores del uso del glifosato se usa "la ciencia" como un árbitro. Eso es un error. Las investigaciones científicas pueden determinar si bajo ciertas condiciones de laboratorio o de campo el glifosato tiene un cierto efecto tóxico, no tóxico, tóxico para batracios, etcétera, pero no podemos hacer un experimento que determine si un producto es o no es "malsano". Como me gusta decirles a mis alumnos "vivir es malsano, conduce inevitablemente a la muerte".

En este debate se tiende a olvidar –de parte de los detractores– que todo producto tiene un efecto sobre la salud y que un herbicida no es recomendable como sustituto del desayuno. Pero con esa lógica habría que eliminar el 95% de todos los productos industriales, domésticos, de limpieza, etcétera.

La verdadera cuestión –y yo creo que eso es lo que los diarios deberían discutir– es el nivel de riesgo y a su vez el beneficio del producto; luego la sociedad debe decidir sobre el riesgo a afrontar. Pero al parecer, por lo que leo, nos preocupamos más por la gripe porcina que por el paludismo, el dengue y el mal de Chagas, que cobran a diario varias decenas de argentinos.

Otto Solbrig, 24 de julio 24 de 2009

Para darse cuenta

La agricultura cambió. Así como no usamos más el telégrafo, dejamos de arar porque el suelo se deterioraba, perdía fertilidad y cada día éramos más pobres.

Ahora, antes de sembrar, controlamos las malezas con productos. Así, los suelos mejoran año a año, las malezas que se secan se transforman en materia orgánica, el "humus" aumenta y los rendimientos de los cultivos se incrementan, generando más alimentos para el mundo.

Hay muchos productos para controlar las malezas, pero hay uno solo que las controla a todas: se llama glifosato.

Más labranzas, menos humus, menos producción, menos alimentos, mayor desnutrición, alimentos más caros y menos glifosato.

Menos labranzas, más humus, más producción, más alimentos, menor precio; más glifosato.

Cuestionar el uso de glifosato es una falacia. La producción de alimentos caería estrepitosamente, ya no a los niveles previos a la “agricultura moderna”, sino mayores aún, porque ahora ni siquiera existen los medios para producir con un sistema de labranzas.

El Dr. Norman Borlaug suele decir que los detractores de la agricultura moderna dicen lo que dicen porque “nunca tuvieron hambre, ni estuvieron cerca del hambre”.

La cuestión central es la tecnología: en este caso trajo enormes beneficios y bajos riesgos, que son insignificantes si el manejo es apropiado. Esto es lo que tenemos que procurar.

Víctor Trucco, 24 de julio de 2009

Fuente: www.darsecuenta.org.ar

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